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Foto del escritorCindy Caraballo

LA FALSA PROSPERIDAD DEL MALVADO Y EL RECLAMO DE UN JUSTO.

Actualizado: 21 mar 2023

Empezaré esta palabra con un reclamo. ¿Por qué el justo no prospera y el malvado parece prosperar y no tener problemas? Esta pregunta se parece a muchas que nosotros muchas veces nos hacemos.


Asaf hace un reclamo acerca de la prosperidad del malvado. Pareciera que viven sin problemas; tienen el cuerpo tan sano y fuerte. No tienen dificultades como otras personas; no están llenos de problemas como los demás. (Salmos 73: 4-5). Yo intentaré traer este versículo al plano actual. En ocasiones todos hemos dicho cosas, como los malvados no tienen problema alguno y yo tengo cada día dificultades, no salgo de un problema, cuando yo salgo de un problema y ya estoy dentro de otro. Los malvados no se enferman y yo no salgo de un dolor en el cuerpo, con una llovizna ya me da gripe. Siempre se ven fuertes, con ánimo y yo cada vez me veo más viejo, se me nota la preocupación con solo mirarme, en cambio, ellos siempre parecen estar felices. Muchas veces nos hemos enojado acerca del éxito y riquezas que ellos tienen.


(Salmos 73:7-8). Lucen su orgullo como un collar de piedras preciosas y se visten de crueldad. ¡Estos gordos ricachones tienen todo lo que su corazón desea! Estos son nuestros pensamientos: mira como ellos acumulan riquezas y tiene todo lo que quieren. Dice un dicho, las apariencias engañan. Si has pensado alguna vez de esta manera y te has cuestionado acerca de la prosperidad del malvado, este es mi consejo. Acaso no recuerdas lo que dice la biblia en (Salmos 37:16). "Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón". También te recuerdo el verso 17 que dice "Es mejor ser justo y tener poco que ser malvado y rico". Hoy tenemos que aprender a poner nuestra mirada solo en Jesús, autor y consumador de la fe, porque cuando te fijas en el hombre podemos estar cometiendo el peor error de nuestra vida, porque estamos dejando de enfocarnos en Dios y esto es muy grave.


Hay un problema muy grande que hoy debemos exponer y es que así como Asaf muchos de nosotros miramos a los perversos y llegamos a tener envidia de ellos. Esto lo podemos ver en (Salmos 73:2-3). Pero en cuanto a mí, casi perdí el equilibrio; mis pies resbalaron y estuve a punto de caer, porque envidiaba a los orgullosos cuando los veía prosperar a pesar de su maldad.


Mucha gente cristiana y no cristiana en algún momento de su vida le han preguntado a Dios ¿por qué si tú conoces a fulano/a y lo que él hace, porque a él/ella le va bien y a mí no? Esta manera de mirar las cosas dice algo de ti: No estás confiando en la soberanía de Dios, y no confías en que él tiene cuidado de ti. En segundo lugar, estás desviando tu mirada de lo que es importante para fijarte en lo que es pasajero, y en lo que dictan tus ojos.


Si tú confías en Dios a ti no te va a importar lo que haga fulano, o lo que deje de hacer, porque sabes que Dios es quien prospera tu vida, no el hombre ni sus capacidades. Estás en problemas cuando no solo quitas la mirada de Dios para ponerla en el hombre, sino también cuando permites que la envidia entre a tu corazón. La envidia requiere mucho esfuerzo porque agota toda tu vida; debilita tu cuerpo, no puedes ni dormir porque estás pensando en como conseguir la casa, la ropa, las posesiones que tiene otra persona. Tu mente no descansa, vives maquinando, haciendo un sobre esfuerzo cognitivo y no hay paz en tu mente. Daña tu corazón, porque te duele, no tener la misma sabiduría que esa persona, en el plano espiritual, quieres tener la gloria de tu pastor, de tu líder, pero no estás dispuesto a honrar su manto, ni pasar el proceso que aquella persona atravesó. Sabemos que Eliseo sirvió a Elías durante 10 años. Y vemos como por su honra y su fe, Eliseo recibió la doble porción de su espíritu.


Y lo peor de todo, cuando envidias tanto algo que tu corazón desea y no lo consigues, te llenas de amargura y sabemos que la amargura es como un veneno y podemos dejar de recibir la gracia de Dios. (Hebreos 12:15). Cuídense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raíz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos. Si tu corazón se ha llenado de amargura significa que has dejado que el enemigo tome control de tu vida, el enemigo entro por una puerta, un pecado que empezó con los ojos, por eso es que nuestros ojos deben siempre mirar hacia Jesús, entonces, como el enemigo tiene control de esa área en tu vida cada vez que él quiera solo tendrá que poner a un perverso a tu lado para que tu corazón se llene de dolor, para que vivas enojado y pases de ser una persona que antes era agradecida y llena de amor te conviertas en una persona insensible con un corazón corrompido y todo esto terminará autodestruyéndote a ti mismo y a otros.


(Salmos 73:21). Entonces me di cuenta de que mi corazón se llenó de amargura, y yo estaba destrozado por dentro. Fui tan necio e ignorante; debo haberte parecido un animal sin entendimiento. Es increíble hasta donde puede llegar una persona que envidia la prosperidad del otro. Sabemos que una persona por envidia se puede corromper totalmente, puede llegar a matar, robar, hablar mentira, entre otros pecados.


A veces nosotros criticamos lo que no conocemos, le reclamamos a Dios las cosas que a nosotros nos parecen "injustas" porque miramos las cosas desde la óptica equivocada. Yo me hago esta pregunta ¿Qué hacía Asaf fijándose en lo que no tenía que fijarse? Por qué Asaf se fijó en el perverso? está bien, todos alguna vez nos hemos fijado en alguien más, pero justamente Asaf se fijó en el perverso. Ya hemos visto que cuando quitas la mirada de Dios y la pones en el perverso estás dejando de mirar a Jesús para enfocarte en el hombre, y sabemos que una persona desenfocada no es estable, cualquier viento se lo lleva, y nunca llegará a su destino. Volvemos a los primeros versículos de Salmos 73. En verdad Dios es bueno con Israel, con los de corazón puro. Pero en cuanto a mí, casi perdí el equilibrio; mis pies resbalaron y estuve a punto de caer, porque envidiaba a los orgullosos cuando los veía prosperar a pesar de su maldad.


David habla justamente de lo que debemos hacer en este caso. (Salmos 73:1-4).


1-No te inquietes a causa de los malvados ni tengas envidia de los que hacen lo malo. Es decir, que David sabía muy bien, que perdía el tiempo enojándose con los malvados que prosperaban a su alrededor.

2- Pues como la hierba, pronto se desvanecen; como las flores de primavera, pronto se marchitan. David sabía que la prosperidad de los perversos era pasajera y que su vida estaba condenada al fracaso. También nos dice en el verso 10-11. Pronto los perversos desaparecerán; por más que los busques, no los encontrarás. Los humildes poseerán la tierra y vivirán en paz y prosperidad.


3- Confía en el Señor y haz el bien; entonces vivirás seguro en la tierra y prosperarás.

David también nos recuerda en quien debe estar nuestra confianza, y nos asegura que tenemos algo que el malvado no tiene: Dios nos honra cuando hacemos el bien y nos prospera.


4- Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. Aquí aprendemos que cuando confiamos en Dios le amamos y le somos fieles, el nos dará aquello que nuestro corazón desea. Así que no debo preocuparme cuando otros prosperan porque Dios conoce mi corazón y él es quien me hace prosperar.


David decía ¡Ya no sigas enojado! ¡Deja a un lado tu ira! No pierdas los estribos, que eso únicamente causa daño. Pues los perversos serán destruidos, pero los que confían en el Señor poseerán la tierra. (Salmos 37:8-9).


(Salmos 73:12-14). Miren a esos perversos: disfrutan de una vida fácil mientras sus riquezas se multiplican. ¿Conservé puro mi corazón en vano? ¿Me mantuve en inocencia sin ninguna razón? En todo el día no consigo más que problemas; cada mañana me trae dolor. Si has pensado alguna vez de esta manera, quiero que sepas que no has guardado tu corazón de hacer el mal en vano. La biblia nos recuerda: No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe. (Gálatas 6:9-10).


Entonces me di cuenta de que mi corazón se llenó de amargura, y yo estaba destrozado por dentro. Fui tan necio e ignorante; debo haberte parecido un animal sin entendimiento. Sin embargo, todavía te pertenezco; me tomas de la mano derecha. Me guías con tu consejo y me conduces a un destino glorioso. (Salmos 73: 21-24). Asaf se dio cuenta de su pecado, él había dejado que la amargura dañara su corazón, incluso se consideró un necio, pero vio como el amor de Dios y la mano de Dios lo sostenía.


Haz esta oración conmigo: Padre, reconozco que he fallado, mi corazón se ha llenado de envidia y de amargura, y hoy me arrepiento de mis pecados, he perdido el tiempo reclamando y angustiándome a causa del perverso. Hoy te agradezco por tu bondad hacia mi vida. Hoy decido confiar en tu fidelidad, sé que tú cuidas de mí, y no permitirás que pase necesidad porque tú eres quien prosperas mi vida.


Antes de mirar al malvado quiero que recuerdes las bendiciones de Dios hacia los que son justos:


El Señor cuida a los justos. Salmos 37:17

Han hecho suya la ley de Dios, por eso, nunca resbalarán de su camino. Salmos 37:21


Una vez fui joven, ahora soy anciano, sin embargo, nunca he visto abandonado al justo ni a sus hijos mendigando pan. Salmos 37:25


El Señor es su fortaleza en tiempos de dificultad: Salmos 37:39.

Él salva a los justos, y ellos encuentran refugio en él: Salmos 37:40


Para leer el devocional anterior


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