El día de hoy iniciaremos un nuevo estudio acerca del Espíritu Santo, hoy hablaremos de la guía del Espíritu Santo en nuestras vidas cada día procuraré profundizar y compartirles acerca de lo que he aprendido de él.
Juan 16:13.
«Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad»
A cuantos de ustedes les gusta tener el control de las cosas, estoy segura de que a muchos. Ya seas que hagas algo como planificar un viaje o algo más sencillo como prepararte para ir al trabajo, tendemos a frustrarnos cuando algo sale de manera imprevista. Ceder el control de nuestra vida a otra persona es algo muy difícil. En lo personal, muchas veces, me ha costado aceptar que el Señor me conduzca y me indique el camino que debo seguir. Porque sé que sus caminos no son los míos y depender de Dios no es fácil a menos que no estés muerto a ti mismo. Solo pensar que tendré que seguir sus instrucciones ya nos impide avanzar, pero, el Espíritu Santo siempre te llevará por el mejor sendero, a veces no será como quieres, pero te presentará el camino recto. Ahora tú decides si escuchar su voz, o tomar tu propio camino.
Te ha pasado que la mayoría de las veces que compras un objeto, un alimento que tiene indicaciones, lo primero que haces al abrir la caja es dejar a un lado las instrucciones, o tirarla a la basura, eso hacemos nosotros cuando nos negamos a ser dirigidos por Dios. Una vez, que empezamos a unir las cosas, nuestro producto termina estropeado o no funciona como debería.
Aunque muchos lo pasen por alto las reglas o instrucciones, están para ayudarnos, para facilitarnos las cosas. Y sé que a veces hay cosas fáciles que nos hacen prescindir de leer el manual. El mundo espiritual está regido por reglas, al igual que el mundo natural, el Espíritu Santo, es el único que puede guiarme de tal forma que mis pasos agraden a Dios. Él está aquí para guiarte cuando sabes qué hacer y en los momentos cuando no tienes ni idea de cómo resolver las cosas.
(Romanos 8:5) Los que están dominados por la naturaleza pecaminosa piensan en cosas pecaminosas, pero los que son controlados por el Espíritu Santo piensan en las cosas que agradan al Espíritu. Por lo tanto, permitir que la naturaleza pecaminosa les controle la mente lleva a la muerte. Pero permitir que el Espíritu les controle la mente lleva a la vida y a la paz
Hoy te preguntó qué guía tu vida, ¿tu carne, tus amigos o el Espíritu? Debemos tener cuidado, pues, si somos guiados por el Espíritu estaremos de acuerdo con la voluntad de Dios, y caminaremos por senderos que añaden valor y bendición a nuestra vida, pero si somos guiados por la carne andaremos por un camino de destrucción, de soledad y muerte. El Espíritu Santo, está aquí para guiarte deja que el tome el control de tu vida y solo obedece.
"Un guía influirá en los pasos y decisiones de quienes están siendo guiados por él o ella" J. Louard .
Jesús fue un líder, un guía para los discípulos, Jesús le dio un sentido por el que vivir a los discípulos, dimensionó sus vidas de tal forma que pasaron de ser hombres simples a hombres extraordinarios y llenos del poder de Dios. Si Jesús no hubiese elegido a los doce, seguirían viviendo esclavos de sus propios deseos, y prejuicios, seguirían dormidos espiritualmente, y no hubiesen llevado a cabo el propósito de Dios en su vida.
Si vemos su trayectoria en los tres años y medios que Jesús pasó en la tierra con sus discípulos, lo único que ellos hicieron durante todo ese tiempo fue seguir instrucciones y obedecer aun sin saber el porqué de las cosas. La actitud de obediencia fue la escuela de los discípulos.
Hoy hago un llamado a la obediencia y quiero decirte que el pueblo de Dios fue prosperado cuando obedecía las instrucciones de Dios, cuando hacía lo contrario su fin era ruinoso. Cuando dejamos que el Señor nos conduzca podremos andar sin miedo a tropezar, pues él nos enseñará el camino a Jesús, será nuestro compañero de viaje, conducirá nuestros pasos, nos guiará a conocer la voluntad de Dios, y nos revelará la verdad.
¡Wao, qué maravilloso es tenerte como guía! Gracias Espíritu de Dios, por señalarme el camino que debo seguir, perdóname si en algún momento me he desviado, hoy decido rendir mi vida a ti, para que me guíes hasta Jesús. Amén.
Amén, es así el espíritu Santo, no solo nos guía a toda verdad, sino por el mejor camino en el cual podremos andar. Cada día al hacer nuestra voluntad nos hacemos responsables de lo que hacemos y decidimos elegir en ese día, pero cuando el Espíritu Santo nos guía todo tiene un fin de gozo y alegría, su paz está con él y su aliento nos sustentará.