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Foto del escritorCindy Caraballo

1. LA ADORACIÓN QUE AGRADA A DIOS.

Actualizado: 26 ene 2023

Bendiciones, el día de hoy hablaremos de cómo podemos agradar a Dios.


Versículo del día:

Apocalipsis 4:11. Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.

Meta: Te reto a agradar a Dios con tu vida de adoración.

Reflexiona.

En el versículo del día podemos ver como Juan nos narra ese momento tan sobrenatural, en los que los veinticuatro ancianos, se postraban y adoraban a Dios, poniendo sus coronas ante el trono. Y decían: Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.

Dios no necesitaba crearte, pero decidió hacerlo para su propio deleite. Deleitarse significa “dar gran gozo o placer a; ser altamente satisfecho, regocijo”. Nuestro primer propósito en la vida debería ser agradar a Dios con nuestra vida, y vivir para complacerlo.

Eres hijo de Dios, y ninguna otra cosa que él ha creado le produce tanto deleite. Siempre has estado en la mente y en los planes de Dios. Dios no te creó para que fueras no solo creatura, sino para que tengas una relación más intima, para que seas su hijo. Aunque el pecado nos separó de Dios, mucho antes de que el hombre pecara, ya Dios tenía un plan de salvación. Efesios 1:5. Dice: decidió enviar a Jesucristo para adoptarnos como hijos suyos, pues así había pensado hacerlo desde un principio.


Uno de los dones más grandes que Dios nos dio es la capacidad de disfrutar el placer. Dios te creó para que experimentaras gozo, satisfacción, deleite, contentamiento al igual que él. Nos diseñó con cinco sentidos y emociones para que los podamos experimentar igual que él. Dios quiere que disfrutemos de la vida, no solo que la sobrellevemos. Podemos disfrutar y sentir placer porque Dios nos creó a su imagen. Nosotros solemos olvidar que Dios tiene emociones, y siente cosas profundas como nosotros. La biblia nos dice que Dios se aflige, se enoja, y se pone celoso, Dios se conmueve y siente pasión, siente lástima y tristeza, así como alegría y júbilo y satisfacción. Dios ama, siente placer, se alegra, disfruta y hasta se ríe.


Agradar a Dios se conoce como adoración. Todo lo que hagas para complacer, agradar o deleitar a Dios es un acto de adoración. La adoración es una necesidad innata de vincularnos con Dios. La adoración es tan natural como comer o respirar. Cuando no adoramos a Dios, podemos cometer el error de buscar un sustituto ya sea un objeto, una persona o tú mismo.


Esto me recuerda al libro de Génesis 11 donde se narra la torre de Babel. En aquel tiempo en la tierra solo se hablaba un solo idioma y las personas se unieron y comenzaron a edificar la torre de Babel, querían hacer una torre para exaltar la fuerza y la capacidad que tenían los hombres. Ya agradar a Dios no le produce deleite, gozo, querian engrandecer su ego, querían demostrar su propia capacidad, y sabemos que Dios tuvo que confundir sus idiomas para que no se entendieran y no pudiesen llevar a cabo esa obra tan grande. Nosotros tenemos la necesidad de adorar, pero cuando somos confundidos podemos llegar a adorar a cosas creadas por los hombres, podemos adorar a cosas vanas, o hasta las mismas personas.


La adoración es mucho más que la música. Hay personas que entienden la adoración como sinónimo de música. A veces cometemos el error de decir, que la adoración es solo cuando estamos entonando un canto a Dios. Pero la adoración es obediencia, es humillación, es amar a Dios, es reconocer que estamos necesitados de Dios, es agradarle.


Todas las partes del culto son un acto de adoración desde la oración hasta el silencio, escuchar la predicación Adán ya adoraba a Dios en el Edén, pero la música se menciona por primera vez en Génesis 4:21. Con el nacimiento de Jubal. Es decir, que la adoración va más allá de una exaltación, de cantar una canción.


Otro de los errores es pensar que la adoración es un estilo de música. Y siendo sincera yo pensaba de esta manera. La verdad es que la adoración no tiene que ver con el estilo, el volumen o el ritmo de una canción. Dios creó todos los estilos de música, pero que prefieras adorar a Dios con un estilo determinado, habla más de tu personalidad, que de Dios. No podemos imponer un estilo de música, solo porque nos agrada. A veces, queremos buscar cuál es el estilo más bíblico, más santo, pero Dios disfruta de todos los estilos. Dios creó la música. La música cristiana no existe como tal, solo hay música con letra cristiana. Lo que hace una música sagrada no es la melodía, es la letra.


La adoración no es para beneficio propio. Cuando adoramos debe ser para complacer a Dios, no a nosotros mismos. Adoramos para beneficio de Dios. A veces decimos no sentí nada en esta adoración, no recibí nada, pero la verdad es que si adoramos para recibir una satisfacción propia tenemos un concepto equivocado de la adoración. Nuestro motivo, la razón por la cual debemos adorar es únicamente para glorificar, agradar y complacer a Dios.


 

Debemos procurar que cada palabra que decimos tenga un significado en nuestra vida. Debemos tener una revelación de lo que decimos, porque muchas veces en vez de ofrecer alabanzas a Dios, les damos palabras vacías. Mateo 15:8-9. 8. Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.


La adoración que agrada a Dios es sincera, es una actitud de humillación y rendición a Dios. Juan 4:24. Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad. A Dios le agrada que seamos sinceros, Dios no está esperando que lo sorprendas con tus dones, ni con tus lindas palabras, porque Dios conoce todo, él te creo, pero lo que puede sorprender a Dios, lo que agrada a Dios, es un corazón sensible a su voz. Es una vida de obediencia, antes que muchos sacrificios. A Dios le agrada cuando rendimos nuestro corazón, a él y somos sinceros en todas nuestras acciones, de nada sirve, cantar Señor tu eres mi todo cuando, Dios no es tu primer lugar en tu vida.


De nada sirve durar horas y horas cantando Cristo yo te amo, cuando tus acciones demuestran lo contrario, cuando tu corazón está lejos de él. Yo me he encontrado con muchas personas que dicen amar a Dios con sus palabras, pero que lo deshonran con sus hechos, con sus aptitudes, con sus pensamientos. Así que procuremos ser transparentes ante Dios, no seamos hipócritas, no finjamos ser lo que no somos ante Dios, para agradar a los demás, para ganar reputación, no queramos ocultar nuestros sentimientos a Dios, porque él nos conoce. Antes de tu decir una palabra él ya había visto tu intención.


La adoración no es parte de tu vida, es tu vida. Debemos adorar a Dios continuamente no solo en la iglesia. En la biblia alababan a Dios en el trabajo, en el hogar, en las batallas, en la cárcel y hasta en la cama. La alabanza debería ser la primera actividad de la mañana cuando despertamos y lo último que hacemos por la noche antes de cerrar los ojos y descansar. Salmos 34:1-2. Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca.


Cualquier cosa puede transformarse en un acto de adoración cuando la hacemos para alabar, glorificar y complacer a Dios. 1 Corintios 10: 31. Así que, sea que coman o beban o cualquier otra cosa que hagan, háganlo todo para la gloria de Dios.


Colosenses 3:23. Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el Señor y no como para nadie en este mundo. El secreto para una vida de adoración es: hacer todo como si lo hicieras para Jesús. El trabajo se convierte en adoración cuando lo dedicamos a él y lo llevamos a cabo conscientes de su presencia.


Recuerda. Procura darle una adoración sincera a Dios. Puedes adorar a Dios por medio de tus pensamientos, de tus acciones y en todo lo que haces. Cuando tienes presente a Dios en todo te sentirás más cerca de él, tus conversaciones serán distintas, tus acciones empezarán a cambiar y no harás nada que entristezca o desagrade a Dios. Sino todo lo contrario, cuando vives enamorados de Jesús vives para complacerlo.


¿Por qué estás agradecido?

Gracias Señor, porque me has creado para tener comunión contigo, gracias por enseñarme cuál es la adoración que te agrada.

Ora:

Padre, gracias, por enseñarme una vez más lo que te agrada, te pido que me ayudes, a adorarte en espíritu y en verdad. Ayúdame a convertir mis proyectos y quehaceres en un acto de adoración. Que así como dijo David, yo pueda adorarte en todo tiempo.


Para leer el devocional anterior.


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