Alguna vez, ¿te has sentido diferente a los demás, te has considerado extraña o especial? Si tu respuesta es sí, te presento a una mujer llamada Ana que al igual que tu y yo en algún momento se sintió inferior (porque no sabía lo especial que era para Dios).
Ana una mujer humilde, vivía humillada delante de Dios, en su más profundo dolor, desarrolló perseverancia, madurez, y fe. A pesar de ser perseguida y rechazada, tuvo el valor de perdonar a aquellos, que hablaban mal de ella. Y ante todo, aprendió a esperar en Dios.
El hecho de no parecerte a los demás no significa que no tienes valor. Todo lo contrario, "Ser diferente te hace especial, te hace valioso"
¿Cómo respondes cuando las cosas no salen como lo has planeado? ¿Qué haces cuando tus cálculos no dan los resultados esperados?
Muchas veces nos frustramos, nos enojamos y nos volvemos contra Dios porque no entendemos sus planes. Pero en vez, de enojarte, de reclamar ¿te has puesto a pensar, qué pasaría si hubieses aceptado la voluntad de Dios? Tú vida sería más sencilla, no habría ansiedad, ni preocupación porque sabes, que Dios tiene el control de todo.
Cuando aprendes a confiar y a esperar en los planes de Dios, empiezas a vivir más pleno, a desarrollar la paciencia, y aumentas tu fe.
Ana cuyo nombre significa gracia, amabilidad, favor vivía en amargura, enojada, triste y desilusionada. Pues no entendía el plan de Dios en su proceso de espera. La fe, el carácter y la identidad de Ana fue probada en su proceso de esterilidad, ese tiempo donde Dios mismo había cerrado el vientre de Ana.
Sabemos, que en los tiempo de Ana no había la tecnología ni los medios que hay hoy día, Ana necesitaba un milagro de Dios. En este tiempo Ana fue muy tocada en sus emociones, se sentía vulnerable, improductiva, sin valor, pues, en ese entonces, una mujer sin hijos era una vergüenza y la esterilidad era considerada un castigo de Dios.
Me imagino los pensamientos de Ana, !Porqué a mí, por qué yo, porqué a mí! Sé que tú también le has reclamado a Dios cuando tus planes no salen como esperas, al igual que Ana te has preguntado ¿porqué he tenido que nacer así, porque tengo que ser diferente? Y en esos momentos de vulnerabilidad, nuestra identidad se fragmenta y llegamos a un punto, donde ya no encontramos nuestro propósito, solo porque Dios ha puesto en espera un área de nuestras vidas.
Debemos entender que cuando Dios no nos permite tener algo que deseamos, es porque él quiere trabajar en nosotros. Antes de Dios entregarnos bendiciones, primero seremos probados, y nuestro carácter será transformado para poder sobrellevar y mantener la bendición de Dios, porque si no estamos preparados Dios no puede entregarnos aquello que él desea darnos.
El deseo de Dios es que seamos prosperados en todo.
Como humanos es fácil cuestionar, y ser prejuiciosos, cuando vemos los procesos de los demás. 1 Samuel 1:6 (NVI) Penina, su rival, solía atormentarla para que se enojara, ya que el Señor la había hecho estéril. ¿Será que habrá algo roto en el cuerpo de Ana, o tal vez, está en pecado? ¡Ya sé, no ora lo suficiente, para ver su milagro! !Es más, puede ser que Ana no esté preparada para tener un bebé! Todos esos pensamientos llegan constantemente a nuestras vidas, y es fácil abrir la boca y proferir juicio contra aquel que está siendo procesado por Dios.
En el caso de Job, aunque no hubo pecado, calamidad, destrucción, y enfermedad azotó su vida. Pero aunque el enemigo pidió a Job para ser Zarandeado, fue Dios quien permitió que Job viviera ese momento difícil, porque Dios sabía que Job estaba listo para caminar en otra dimensión. Muchas veces, aquello que creemos que viene a matarnos, Dios lo permite para fortalecernos, para usarnos como instrumentos para levantar a otros.
Solo aquel que ha pasado por el fuego, estás listo para ser exhibido por Dios.
Así como Penina, los amigos de Job, en su peor momento, no hacían más que azotar su herida. Job16:3-5. (NTV). (Job 19:2-6). En vez, de traer fe y fortaleza, llevaron a Job a la amargura, ansiedad y depresión. Y que triste, que una persona preste su boca al enemigo para dañar a hermanos de su misma fe.
El día de hoy si has tomado la actitud de Penina de hacer pecar a tu hermano enojándolo, y entristeciéndolo te invito a pedirle perdón a Dios, y a esa persona. Si has hecho como los amigos de Job, que teniendo el poder para consolar y demostrar amor, haz juzgado y has dañado con palabras, deberías a arrepentirte y dejar a un lado tu pecado.
Los amigos de Job se sintieron orgullosos y atribuyeron pecado a Job, cuando él nunca pecó, pero ellos que parecían limpios, no quedaron sin paga, mayor condenación recibieron, al final, los burladores, tuvieron que ir humillados donde el hombre de Dios para ser sanados, porque Dios los había castigado por su crueldad.
En el libro de Juan cuenta la historia de un hombre ciego de nacimiento, al igual que Ana y Job había llegado a ser rechazado, humillado por su condición. Juan 9:1-3 (RVR) Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. 2 Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que haya nacido ciego? 3 Respondió Jesús: No es que pecó este, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él.
Entonces, podemos ver, que muchas veces, hay situaciones de esterilidad, ceguera, miseria y muerte en nuestras vidas que no son causadas por nuestros pecados ni por los pecados de nuestros antepasados, si no, que son producidos para que las obras de Dios, sean manifestadas.
Ya no cuestiones el proceso, más bien agradece. Porque Dios te ha escogido para mostrar su gloria.
Si en este momento, te encuentras en un proceso como el de Ana, el de Job, o el del ciego de nacimiento, no te sientas inferior, siéntete especial, porque Dios te ha escogido para mostrar su gloria. Nada de lo que has perdido será mejor, de lo que Dios te dará. Casa, hijos, salud, lo podemos ver en Job, Dios le devolvió 3 veces, más de lo que tenia. Porque mantuvo su integridad, no pecó con sus palabras, aunque deseaba morir, Job sabía que Dios tenía el control de su vida.
Job 19:25-27 (NTV)
25»Pero en cuanto a mí, sé que mi Redentor vive,
y un día por fin estará sobre la tierra.
26 Y después que mi cuerpo se haya descompuesto,
¡todavía en mi cuerpo veré a Dios![b]
27 Yo mismo lo veré;
así es, lo veré con mis propios ojos.
¡Este pensamiento me llena de asombro!
Dios te he ha escogido para mostrar su gloria en medio de tu escasez, en medio de tu enfermedad, en medio de tu esterilidad. Tu serás testigo de la obra de Dios. Una vez, que Jesús manifieste su mano sobre ti, conocerás a Dios y serás testigo de él y podrás decir como Job: De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven. (Job 42:5)
Hoy es un momento para dar gracias a Dios, y valorar cada proceso en nuestras vidas, porque una vez, que seamos aprobados con éxito veremos las promesas de Dios cumplirse. Así como Ana tu Samuel llegará, así como Job Dios serás recompensado 3 veces más de lo que habías perdido y como el ciego recobrarás la vista y verás a Jesús, entonces, serás testigo de lo que el puede hacer.
!Dios te bendiga!, si has llegado hasta aquí, gracias, por leernos, ayúdanos a compartir esta palabra con alguien más. Espero que está palabra haya caído en buena tierra, nos vemos en un próximo devocional.
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