La voz del Señor es potente; la voz del Señor es majestuosa. La voz del Señor parte los enormes cedros; el Señor hace pedazos los cedros del Líbano. Salmos 29:4.
Es necesario mencionar que Dios es Espíritu y él habla a tu espíritu y tu espíritu le transmite esta información a tu mente y tu mente a los sentidos, a tus percepciones y a tu corazón. Podemos percibir la voz de Dios por medio de nuestros sentidos, por medio de nuestra mente, en nuestro corazón, en nuestros sueños o visiones entre otras más.
Es muy frecuente escuchar a Dios por medio de nuestro pensamientos muchas veces nos llega un pensamiento y nos preguntamos si viene o no viene de Dios. Cuando un pensamiento llegue a tu mente debes discernir de que fuente proviene. Sí te trae seguridad, paz y confirmación y además te lleva a realizar buenas acciones, como bendecir, ayudar, hacer una buena acción que le agrada a Dios, sin duda ese pensamiento viene de Dios. Sin embargo, sí ese pensamiento trae inseguridad, temor, y te lleva a cometer malas acciones ese pensamiento no viene de Dios.